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La negación en el discurso económico
Enrique Provencio Durazo - 2025-05-12
Las conferencias de la mañana, las declaraciones del gabinete y los informes oficiales periódicos siguen pertrechados en un discurso reticente sobre la situación y las perspectivas económicas. Hay una negación constante de la desaceleración, de las posibilidades de recesión y de sus consecuencias en el bienestar, y cuando no queda más remedio que aceptar que algo está sucediendo, se eluden sus causas y sobre todo se estigmatiza a quienes señalan los riesgos, se trate de organismos internacionales, de comentaristas o de cualquiera que ponga en duda los pronósticos gubernamentales del crecimiento.
El pasado 1º de abril la Secretaría de Hacienda y Crédito Público hizo saber a la Cámara de Diputados que en 2025 la economía mexicana crecería entre 1.5 y 2.3 por ciento, un promedio o estimación puntual de 1,9. Para mediados de marzo, sin embargo, ya se pronosticaba que lo más probable era que en el año el crecimiento anual fuera de 0.5, y de ahí en adelante la estimación ha ido a la baja [1].
Tanto el Fondo Monetario Internacional como la Comisión Económica para América Latina y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico han presentado sus cálculos, muy diferentes entre sí, pero todos apuntando a lo mismo: que en el mejor de los casos apenas habrá un crecimiento ligeramente positivo. Y todas estas estimaciones han sido rechazadas, cuestionando las fuentes o sus intenciones. Se ha llegado a decir que aquellos que ponen en duda las metas oficiales lo hacen porque quieren que le vaya mal a México.
Tenemos un problema no resuelto en el discurso político sobre el desarrollo: se postula que lo importante son las variables del bienestar, lo cual es indiscutible, y que importa menos lo que ocurra en la economía, como si se tratara de dos mundos incomunicados. Así lo dijo este 5 de mayo la Presidenta de la República: “que no solamente haya crecimiento, porque el crecimiento del PIB es una variable, a nosotros nos interesan las variables que tienen que ver con el bienestar de las y los mexicanos, que a veces no solo es el crecimiento, a veces ni siquiera en el crecimiento se refleja, sino en una mejor condición y calidad de vida de las y los mexicanos, y particularmente el crecimiento del empleo bien remunerado, en eso estamos trabajando” [2].
Esta es una constante de los años recientes: no admitir públicamente que el crecimiento económico importa. Es curioso, porque a la vez se defienden a capa y espada las metas de Hacienda, generalmente desproporcionadas, frente a cualquier otra proyección que se haga pública. La razón de esta disonancia es muy simple: se trata siempre de comunicar que la prioridad está colocada en los programas sociales y en los salarios, y no en lo que ocurra en general con la economía, como si solo aquello fuera bueno y esta fuera mala. En realidad, los componentes clave del bienestar están en riesgo si la economía se estanca, y si se mantiene el bajo crecimiento durante mucho tiempo, como es muy probable que suceda.
Políticamente, no tiene sentido la constante negación de la situación crítica por la que cruza la economía, porque desde mediados de 2024 la población viene registrando que las cosas ya no mejoran, a pesar de siguen elevándose los salarios. Según el pulso colectivo que registra INEGI en una de sus encuestas, en abril de 2025 los 10 indicadores de confianza reflejaban un deterioro en comparación con 12 meses atrás, sobre todo en el empleo, en los precios y en la situación personal y familiar, y también en las posibilidades de comprar los artículos básicos (alimentos, ropa o calzado, por ejemplo), de ahorrar o de salir de vacaciones. También se han deteriorado las percepciones sobre el futuro cercano, por ejemplo en la posibilidad de adquirir un auto, sea usado o nuevo, dentro de dos años, o de comprar o construir casa o de hacerle mejoras [3].
Estos resultados coinciden con otros, por cierto, como los del debilitamiento del consumo. El indicador global de la actividad económica y el de la actividad industrial llevan 16 meses en declive, y la ocupación, tomando como referencia a los asegurados permanentes del IMSS, se desaceleró desde hace más de un año. En 12 estados, la economía ya estaba decreciendo desde el cuarto trimestre del año pasado. La creación de empleos, por su parte, no está siendo suficiente, y para 2025 se espera que se generen menos de 300 plazas formales adicionales, muy por debajo de las nuevas necesidades de trabajo y de lo requerido para reducir la informalidad. Todo esto ya está afectando al bienestar. Por ejemplo, el índice de tendencia laboral de la pobreza creció en los dos últimos trimestres de 2024, a pesar de que se mantienen los avances salariales, con una mejora de más de 3.7 por ciento en promedio para los asegurados del IMSS, y aun más para los salarios mínimos.
En un ejercicio plagado de eufemismos a la Secretaría de Hacienda no le quedó más remedio que reconocer, en su Informe de la situación económica del 1er trimestre de 2025, que “la economía mexicana exhibió́ algunos signos de desaceleración”, mismos que atribuyó a “la incertidumbre derivada de las tensiones comerciales, los conflictos geopolíticos y ajustes en el panorama económico internacional”. Es otra de las consignas en el discurso: desconocer o rechazar las causas internas que ya desde mediados de 2024 estaban desacelerando la economía nacional [4].
No debería extrañar a nadie que con un programa presupuestal tan restrictivo como el que se está aplicando en 2025, la economía se encuentre en desaceleración por méritos propios. A partir de ahora también resultará afectada por el impacto global de las medidas comerciales de Estados Unidos, pero la pendiente negativa inició con bastante anticipación. Ya va siendo hora de superar la negación.
Notas:
[1] Banxico. 2 de mayo de 2025. Encuesta sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado: Abril de 2025. https://www.banxico.org.mx/publicaciones-y-prensa/encuestas-sobre-las-expectativas-de-los-especialis/%7B9B01CAF4-A6CD-1152-4BD8-ED95DE703B2C%7D.pdf
[2] Presidencia de la República. Conferencia de prensa del 5 de mayo de 2025. https://www.gob.mx/presidencia/articulos/version-estenografica-conferencia-de-prensa-de-la-presidenta-claudia-sheinbaum-pardo-del-05-de-mayo-de-2025
[3] INEGI. Encuesta Nacional sobre Confianza del Consumidor (ENCO). Indicador de confianza del consumidor. 9 de mayo de 2025. https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/boletines/2025/enco/icc2025_05.pdf
[4] SHCP, Informe de la situación económica. 1er trimestre de 2025. https://www.finanzaspublicas.hacienda.gob.mx/work/models/Finanzas_Publicas/docs/congreso/infotrim/2025/it/01inf/itinse_202501.pdf
Temas principal: Desarrollo, economía y sociedad